CORRUPCIÓN, EL MAYOR FRACASO DEL FÚTBOL MEXICANO
- La Cascarita 10
- 9 jun 2021
- 8 Min. de lectura
“Prefiero ser buena persona a ser el mejor jugador del mundo”
Lionel Messi
A nadie le queda duda que el fútbol es el deporte más popular a nivel mundial. Las emociones que este deporte despierta son inusitadas y cada año hay millones de aspirantes a hacer de esta actividad, su forma de vida desde un punto de vista profesional. El problema es que no existe una trayectoria clara ni una profesionalización transparente de esta práctica deportiva y, a decir verdad, se trata de un espacio donde se invierten grandes cantidades de dinero e involucra, por ende, una alta susceptibilidad de vivirse como una experiencia fraudulenta, sobre todo por parte de los eslabones más débiles de esta gran cadena: los propios jugadores.
La corrupción no sólo se limita a los ámbitos político o económico en México. La corrupción en el fútbol en nuestro país también existe, una corrupción basada en la cantidad de dinero o explotación sexual que muchos jugadores están obligados a pagar para poder cumplir sus anhelos deportivos de practicar profesionalmente el deporte que aman.
Durante el desarrollo de esta investigación, Hugo Gasca, un alumno del equipo representativo de fútbol del Tec de Monterrey, Campus Ciudad de México, se acercó a contar su historia. Él es un joven con el sueño de poder llegar a ser un futbolista profesional, y quien se encontraba jugando en la tercera división del Veracruz.
“Todo empezó cuando yo estaba jugando acá en Veracruz, llevaba seis meses de contrato y me había comentado mi director técnico y el presidente del equipo que había un representante que me estaba buscando de Tiburones para que me fuera con ellos”, contó.
El joven agregó: “Me comentaron unos amigos del equipo que ya lo conocían. Lo que había pasado en ese momento fue que mi director técnico y el presidente del equipo me dijeron que no, porque todavía me faltaban otros seis meses de jugar para mi equipo. Entonces no le pasaron mi contacto para que no se pudiera comunicar conmigo y no me cambiara de equipo todavía”.
Al terminar la temporada, los entrenadores de Tiburones encargados de las visorías, lo buscaron. “Yo acepté ir, aunque con el representante todavía no había hablado nada. Luego ya fue que me contactó y me empezó a decir que me ofrecía contratos en la sub-15, sub-17, súper seguros, pero que tenía que hacer algunos trabajos fuera del fútbol. Consiguió mi número de teléfono, me hablaba por WhatsApp, por Facebook, me empezó a escribir diario”. Y pese a que Hugo entrenó con Tiburones dos años, nunca lo ficharon.
Con el transcurrir del tiempo, algunos jugadores ascendieron a la sub-17. Hugo esperaba que esta vez le ofrecían el contrato, pero la negativa persistió y fue cuando el profesor le comunicó que ya no querían que estuviera en el equipo. Luego de distintos desencuentros, Hugo fue abordado por el representante quien le ofreció un contrato.
Hugo rememora que el sujeto le dijo: “yo te puedo prestar mis carros, regalarte relojes, prestarte un Mini Cooper, pero tienes que venir a mi casa y ahí armar todo y hacer las actividades fuera del fútbol”. Y aunque no lo dijo explícitamente, el joven Gasca entendió que le proponían un intercambio sexual que obviamente nunca aceptó y, así, nunca pudo entrar al equipo.
“Después me encontré a uno de los profesores de tercera división, quien me explicó que ese representante tenía mucha fama de meter jugadores así, pidiendo favores sexuales porque había varios conocidos que sí habían logrado entrar de esa manera al equipo. Y como el representante era muy amigo del dueño del equipo, permanecía impune. Y efectivamente, hubo varios casos de chicos que entraron de esa manera gracias a dicho representante. Tiempo después este sujeto fue asesinado y se especuló que justamente fueron los mismos jugadores víctimas de su abuso quienes planearon el homicidio”, contó Hugo.
Al finalizar de contar su historia, Hugo Gasca comentó que realmente conocía varios casos parecidos al suyo, pero que preferiría no divulgarlos, ya que para otros jóvenes son temas sensibles. “Lo que puedo hacer, es pasarles sus contactos, para que ellos mismos les cuenten.”, dijo. Sin embargo, al tratar de contactarlos, prefirieron no involucrarse.
Encuesta a futbolistas y la experiencia de corrupción
Para continuar con la investigación a más profundidad, se realizó una breve encuesta con jóvenes deportistas para tratar de identificar si habían sufrido experiencias en las que se les pidiera dinero o favores sexuales a cambio de crecimiento en su carrera deportiva. Cabe decir que las identidades no fueron reveladas para mantener la confidencialidad del estudio y porque sigue siendo un tema tabú del cual no se habla con facilidad aún en la época actual. Dicha encuesta tuvo un alcance de 44 jugadores de fútbol.
Se preguntó si alguna vez se habían visto involucrados en algún acto de corrupción dentro del fútbol. La respuesta fue que el 52.3% contestó que “no”. El 47.7% aceptó haber sido testigo o haber estado involucrado en algún acto de corrupción en dicho contexto.


Sin embargo, las respuestas de la segunda pregunta, nos permitió observar que el 52.3% dijo que sí les habían pedido dinero para jugar o para mantenerse dentro de algún club de fútbol.
Lo contrario a lo que pasó en la primera pregunta, por lo que al analizarlo, se entendió que todas las personas a las que le han pedido dinero para mantenerse en el equipo lo han rechazado. Y el rechazarlo es considerado como un acto de no corrupción para ellos. Pese a que no se obtuvo ningún caso en donde sí hayan admitido dar el soborno para seguir en el equipo, podemos pensar que puede haber un sesgo en las respuestas ya que “normalizan” la petición de dádivas económicas como parte de la cultura del fútbol aunado a que pudo haber sesgo debido a una espiral del silencio, donde la mayoría calla lo que consideran una respuesta inapropiada a la expectativa social.
En la pregunta sobre quién les pidió dinero, el porcentaje mayor de respuestas señaló que se trató de los entrenadores.

La conducta ética en el futbol profesional se encuentra presente en el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA, cuyos artículos abordan de manera central el comportamiento de los jugadores, más no de los entrenadores y directivos, eludiendo y protegiendo a los dueños y poniendo a los futbolistas como proyectos y no vistos como personas en su dignidad a cabalidad.
“Los entrenadores constituyen un grupo de interés importante de la comunidad futbolística y desempeñan una labor trascendental en el desarrollo del deporte rey. No obstante, hasta la fecha, no se había regulado de forma específica el estatus ni las relaciones contractuales de los entrenadores, lo que redunda en una ausencia de seguridad jurídica.”, de acuerdo con el Nuevo Marco Regulador Laboral de la FIFA.
Estas reglas sólo son aplicables para los jugadores mayores de 18, por lo que al hacer la pregunta de en ¿qué categoría le sucedió? Estos fueron los resultados debido a que a algunas de esas generaciones no les aplica el reglamento como lo es:

En todas las categorías sucedió un caso de corrupción, pero los dos más repetidos son en fuerzas básicas sub 15 y tercera división. Ya explicadas previamente las categorías profesionales que hay, cabe recalcar que la sub 15 no es considerada como profesional, pero es la antesala de pertenecer a la sub 17 (profesional) en donde por lo general suben todos los jugadores que venían de la categoría pasada. Por otra parte, en la tercera división ya se recibe un sueldo, de acuerdo con una investigación del medio GOAL, en promedio los jugadores pueden ganar desde los 1750 pesos hasta unos 9000 pesos por partido.

Es importante mencionar que los equipos más mencionados en la encuesta pertenecen a categorías inferiores de los equipos de primera división, América, Atlas, Cruz Azul y Pumas son clubes prestigiosos que de acuerdo con nuestro entrevistados están pidiendo dinero para permanecer en los clubes. Y en subs donde los futbolistas siguen siendo menores de edad.
Caso Daniel Ramírez y la FEMEXFUT
Al concluir con las encuestas, realizamos un seguimiento al caso de Daniel Ramírez, ex jugador de Pumas quien afrontó y habló de su proceso para ser futbolista. En una entrevista para ESPN, en 2014, Daniel afirmó que Ángel González Monter, mejor conocido como “Coca”, le pidió dinero para quedarse en el equipo de Pachuca. “Al final de las pruebas me pidieron 10 mil pesos para quedarme y la verdad era mucho dinero”, comentó el ex delantero universitario.
Después de estas declaraciones a nivel nacional, el club sacó el siguiente comunicado: “Por medio del presente comunicado la Directiva del Grupo Pachuca da a conocer que, en apego a los valores institucionales del Club Pachuca, el Prof. Ángel González Monter ha sido separado de su cargo como Coordinador de Visorias de nuestra institución”.
Sin embargo, su valor para alzar la voz tuvo consecuencias: no sólo truncó la carrera del visor sino que también afectó la suya al hacer pública una parte de la corrupción en el fútbol mexicano. La FEMEXFUT marcó a este joven, quien actualmente tiene 27 años, y se encuentra sin equipo con un futuro dentro del fútbol muy lejano a la primera división.
Periodistas importantes dentro del país han expresado su disgusto con los entrenadores o visores pidiendo dinero o algo aún peor, favores sexuales. David Faitelson, periodista de ESPN, reveló por medio de tweets que uno de sus compañeros había estado involucrado en este tipo de corrupción, pues varios entrenadores le pidieron dinero para debutarlo y otro le sugirió tener relaciones sexuales.

David Faitelson comenzó recalcando el talento que puede existir en un país de 129 millones de personas en donde culpa al mal manejo “visoria” y “corrupción” que hay detrás de ella. Y posteriormente escribió el tweet que estalló en las redes sociales.

David Faitelson, un periodista con tanta credibilidad dentro de nuestro país, sacó a la luz este tema tabú, del cual la gente hacía como si no pasara nada por miedo a que terminara su carrera. Los futbolistas se callan en su momento porque saben del sistema de explotación y corrupción en el deporte. A estos tweets se le agregaron personas a favor, tal fue el caso de Gabriel Montiel, mejor conocido como “Werevertumorro”, famoso Youtuber que tuvo paso por la segunda división profesional, el cual conoció acerca de este mundo del fútbol, contestando que él sabía de ciertas cantidades que los entrenadores pedían por jugar.

De acuerdo con el semanario Proceso, en un artículo publicado el 16 de junio del 2018, acorde al estudio estadístico, realizado por la organización Data 4, de 2006 a 2016, 10% de las ciudades más ricas de México proveyeron 88% de los jugadores de la liga profesional del país; en cambio, el 90% más pobre de México produjo sólo 12% de los futbolistas profesionales. “Dicho de otro modo, de las 214 ciudades con mayores ingresos del país salieron 1,176 de los 1,335 futbolistas que durante ese período fueron registrados en la máxima categoría del fútbol mexicano”. Este estudio analizó los datos de la población, los ingresos y las diversas medidas de desarrollo.
Ante la falta de profesionalismo, ética y la impunidad de cuerpos directivos y técnicos, existen muchas historias por contar, pero pocos incentivos para hacerlo, es hasta después de muchos años que los jóvenes pueden contar lo que les sucedió por miedo a que ningún otro equipo los busque.
La corrupción proviene principalmente de las categorías profesionales o en una categoría inferior, en donde la tendencia apunta a que las franquicias en primera división parecen ser los principales arquitectos de toda esta mafia. Aunque muchos equipos se quieran limpiar las manos despidiendo a entrenadores o la persona que haya pedido dinero, es importante que se tengan más filtros para contratar un personal competente y ético. En general los que más pierden son los equipos, lo que pudo haber sido un gran jugador o una gran venta para el club, se ve frustrado por el capricho de una persona queriendo sacar algún provecho económico.
Para concluir, podemos aseverar que la corrupción y su normalización son parte del por qué el fútbol mexicano está en una crisis profunda. En definitiva, hace falta profesionalizar tanto a los integrantes del equipo técnico como sensibilizar de este abuso a los jugadores menores de edad, que muchas veces son víctimas de personas cuyas intenciones no son las de apoyar su talento sino abusar de su ingenuidad, de sus ganas de forjarse una carrera exitosa, que muchas veces queda en situaciones como las que los jugadores han compartido.
Los campos de fútbol deberían quedar vacíos, sin aforo hasta que se transparenten los procesos de ascenso de cada jugador, hasta que se hagan métricas reales de desempeño y el mérito técnico y deportivo se premie realmente, cuidando el ambiente dentro y fuera de las canchas de fútbol, ya que es una experiencia que muchos jóvenes aprecian y es injusto que por no ejecutar mecanismos honestos, por dinámicas sexistas, clasistas, de exclusión y de ambiciones fuera de toda proporción.
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